Inspirado en: El País (English Edition) – “More than half of Latinos in the United States believe the American Dream is dying” (26 de agosto de 2025) EL PAÍS English
¿Qué nos dicen los datos?
- En 2025, el 48,3 % de los latinos considera que el sueño americano está desapareciendo, frente al 34,9 % en 2023 y al 30,5 % en 2018.
- La proporción de quienes creen que ya ha muerto pasó de 10,5 % en 2023 a 21,9 % en 2025.
- Solo un 10,6 % piensa que aún está “vivo y bien”, contra el 22,4 % en 2018.
- Entre los más jóvenes (18–24 años), el optimismo es mayor: solo un 15,2 % cree que el sueño ya no existe, comparado con cerca del 30 % entre los de 25–34 años.
- También hay diferencias por idioma: los hispanohablantes son menos propensos a pensar que el sueño ha muerto (16,9 % vs. 22,4 % de angloparlantes) y más a verlo como algo debilitado pero aún vigente (48,3 % vs. 40,3 %).
Métrica | Valor (2025) |
---|---|
Latinos que creen que el sueño está desapareciendo | 48,3 % |
Latinos que creen que ya ha muerto | 21,9 % |
Latinos que creen que está vivo y bien | 10,6 % |
Optimismo entre 18–24 años (sueño vivo) | 15,2 % |
Perspectiva entre hispanohablantes vs. angloparlantes | Hispanohablantes menos pesimistas |
El creciente desencanto entre la comunidad latina
Esto se debe reflejado en el aumento de quienes creen que el sueño americano ya no existe— exige reflexión y acción. Este no es solo un dato de preocupación, sino una llamada urgente a reexaminar las estructuras sociales, económicas y políticas que erosionan la confianza en la promesa de prosperidad.
¿Ilusión o delirio?: el Sueño Americano de los hispanos
No podemos basar el renacer del sueño americano solo en estadísticas o discursos aspiracionales. Es esencial construir un entorno donde:
- Se reconozca y valore el trabajo cotidiano de nuestras comunidades latinas en todos los niveles: desde jornaleros hasta profesionales.
- Se impulsen políticas con impacto tangible, como vivienda asequible, educación accesible y salarios dignos.
- Se fomente la participación ciudadana y política, dándoles voz real en decisiones que afectan su futuro colectivo.
El compromiso generacional —especialmente entre los jóvenes latinos— todavía conserva una chispa de esperanza. Esa chispa puede encender cambios reales, siempre que se nutra de oportunidades concretas, equidad de acceso y reconocimiento social. El sueño no tiene que estar muerto; podemos reinventarlo y hacerlo más inclusivo.
Leer también: